Lo abandonamos en una calle rosada y húmeda bajo un remiendo de luz tántrica. Ya no es ni tuyo ni mío. Ya no habrá amor en las pupilas. Si sobrevive será un agua de azúcar un higo errante. Mauricio Escribano Imagen Antonio Palmerini
de noche sobre el techo vencido agarrado de la chimenea veía como ardían las ranas se tomaban de la cintura se inflaban como panes un canto encantado les brotaba del esófago y la zanja se llenaba de oro altísimo veía cosas que nadie veía escuchaba conversaciones de novios y mientras bebía el licor de la abuela arrojaba piedras sin rumbo luego como un ladrón volvía a entrar en mi cuarto y me dormía con miedo luchando contra los monstruos que salían de las paredes de niño estar a salvo era una situación peligrosa Mauricio Escribano Imagen Aela Labbé
si cortás este cuerpo hallarás varios huesos callados y alguna vena absurda que lleva tu nombre verás el paisaje enredada en el hilo que mueve mis brazos —pero yo no estaré en ningún lado— vendrás a buscarme porque la gente se busca aunque nadie encuentre a nadie por más que me beses y beses y con alma y vida me muerdas la cara volverás a estar sola así que incluso podes dispararme a quema ropa y mirar por el agujero que va de lado a lado —no hay nada — seguirás buscando porque la gente hace eso busca a Dios busca el amor busca la felicidad pero ninguno encuentra lo que busca no hay quien salte al vacío Mauricio Escribano Imagen Sinz101
también con el amor hicimos una hoguera y ahora un pájaro nos mira desde el fuego quién se atreverá a volar en el amor quién se dejará quemar el corazón en pleno vuelo Mauricio Escribano Imagen Antonio Palmerini
es agua de cenizas esa mujer salida de mi mano que me dio muerte huyendo de mi mano. si he de mendigar lo haré intensamente —mostraré mi mano herida— porque allí perdura el tacto del relámpago.
Me duermo despierto, mucho buscar sin dar con nada, pestañeos de oficio narcótico. La noche como una ciega pidiendo limosna, predicando el abismo, alargando su mano muerta ante tus ojos. Detrás del vidrio la calle ocupa todo, entuba pájaros caídos, vientos trasnochados, gatos cardinales imantados por la luna. Si no entendiera tu costumbre de arder cuando está oscuro diría que el amor es eso que entristece como un resucitado. Acá estoy donde no hay sitio buscando arterias que eran tuyas. Y no tengo otra razón que la de un niño al que besaste, dejándole una mariposa en la garganta. Mauricio Escribano Imagen Sinz101
Venían las nubes quizás alguien las llamaba un perro ladraba al infinito. Yo estaba enchufado a la intemperie. Nubes sin remedio fantasmas quizás alguien los llamaba alguien polvoriento subido a una liebre alguien con una vara de agua. Yo me colgaba del abismo escalaba las nubes que venían la helada tormenta buscaba un crucifijo un rayo de cerveza un violinista. Quemaba mi barba ebrio de lluvia hasta que se hacía de noche y la lluvia no llegaba. Mauricio Escribano Imagen Katia Chausheva
ella me declara la guerra cada tanto me declara la guerra maliciosamente ataca mis fronteras bombardea poblaciones cuando todos duermen hunde mis barcos en los puertos arrasa con escuelas con iglesias con museos se mete con sus tanques en mis ojos ella me declara la guerra y no le importa nada (porque en el amor vale todo) entonces aunque no quiera aunque me odie cuando alisto a mis soldados y despegan mis aviones contrataco sus fábricas destruyo sus puentes una a una voy tomando sus ciudades ganando las batallas y cuando estoy por estallar su bunker con una bomba de 100 megatones ella me declara su amor y no le importa nada (porque en la guerra vale todo) incluso que yo explote en el aire rindiéndome de nuevo. Mauricio Escribano Imagen Grzegorz
Kamiński
ahora sé que es mesera trabaja de noche en La Zorra estudia arte-terapia y me hizo un gualicho llenando su placard de vestiditos
también sé que como a mí le gusta esta hora y esta esquina y esta luz verde que da el tilo como una lámpara de Tiffany ella viene al bar a comer algo antes del trabajo eso hacen las meseras en cambio yo vengo a saciar mi grado de alcoholismo entre los árboles añosos
—hola Abril (como tu mamá como tu abuela tres generaciones de Abril) —hola poeta hoy qué te gustó del día —tu vestido porque es simple y resalta tu belleza el destino que hizo que volvamos a encontrarnos y ese arito en la nariz que antes no tenías entonces Abril me dice que le parece estar soñando y suspira
—soy feliz, me dice—soy feliz—
y nos quedamos como la primera vez hablando entre silencios bajo el tilo
y a veces nos tomamos de la mano y a veces nos rozamos con los labios. Mauricio Escribano Imagen Irene Warman
llega con sus ojos de amor que duran sólo un día vuelve de una encrucijada que yo ignoro a estar conmigo entre las cosas que se esfuman me desdice compra ofertas en el chino trae agua bendita un diluvio de manzanas sabe cruzar los dedos cuando viene a perdurar con su amor que dura un día como un oro de relámpagos no entiende que yo vivo en el vacío y que afuera la tormenta es un pájaro que canta Mauricio Escribano Imagen Nadia
Ella no tiene fondo ni siquiera es el nombre que le puse al abismo en plena media noche. Cuando creí que estaba solo salió desnuda de mi sangre y onduló hasta el infinito. Como una víbora que brilla fulminando todo el aire. Mauricio Escribano Imagen Inma Sanchez
lo que había sido tuyo hoy es un obituario grabado en una piedra indestructible pero de pronto si dos que se enamoran adquieren nuestras voces tu estrella brilla alto en el abismo de los pájaros. Mauricio Escribano Imagen Laura Makabresku
cada tarde llego a Guten Bier y me siento a la sombra de los árboles deformes a tomar una pinta de cerveza en esa esquina ajusto mis manos subo el volumen de mi corazón me pregunto si me gusta estar conmigo o si me gustaría más la lluvia hasta que llega esa mina entre todas las minas con anteojos estilo pin- up de los años 50 y me ficha (siempre me ficha) pero hoy le sonrío como para grabar mis dientes en las cortezas de los árboles sacó mi bolígrafo mi cuaderno enciendo un cigarrillo termino de entender o empiezo a entender que sin vos ella es la única habitante del planeta y mientras escribo todo esto prefiero darme por vencido a cualquier boca antes de hablarle de lo nuestro a esa chica que ahí me viene a pedir fuego. Mauricio Escribano Imagen Nelson Arrondo
a veces hay que morirse renunciar al espejo escapar del propio funeral y andar donde nadie nos vea a veces corazón es mejor encontrar otra calle frotarse los ojos contra el pantalón y mirar el entierro de lejos
debe haber un modo de arrancarle la espuma a las olas de apuñalar al viento de fusilarle la sonrisa a los recuerdos debe haber un modo de incendiar la noche cuando duele y enviarte las cenizas de la luna como si nada a cualquier hora Mauricio Escribano Imagen Sinz101
el cielo es un estremecimiento azul un bisturí que corta en algún lugar exacto del que aún no sé nada quién podrá llevarme a donde nacen los pinos y el sol derrite la escarcha mi lengua está llena de dudas y el cielo me absorbe como si Dios hubiera dejado la puerta entreabierta mi lengua piensa saborea la pólvora hay una estrella oculta en mi boca pondré esa estrella en el cielo para que puedas verla desde lejos Mauricio Escribano Imagen Sinz101
para siempre puede ser un largo invierno un circulo de mantis religiosas o un presagio tan efímero que hace del amor algo perverso y sin embargo decirnos para siempre nos deleita y en una caja de felicidad guardamos todo el tiempo que envejece. Mauricio Escribano Imagen Sinz101
me preguntaba de qué ríe el mundo y con un vidrio me corté la comisura de los labios quise extender mi sonrisa ser otro comediante encantador y vi que mi sangre brotaba feliz satisfecha de mi tarea ahora con la boca destrozada me veo horrible en un trozo de espejo y sin embargo a todos les causo gracia Mauricio Escribano
Alguna vez fui bueno aún camino como si girara a mi alrededor tengo la mente en blanco he cesado de pensar me atraviesa la melancolía la mitad de mi corazón está podrido la otra mitad es un pez que ha vuelto al agua Mauricio Escribano Imagen Sinz101
justo ahora que entendí que la luna era el ojo de vidrio de un dios tuerto me reía porque la gloria es resucitar de la risa antes que el odio nos borre el ojo de la crueldad y me reía aun sabiéndome altanero como un tigre ante el vértigo mientras mi cabeza emergía en otro lado Mauricio Escribano Imagen Sinz101
aunque le suelte las alas esta polilla de plástico negro no puede volar quizás su cerebro asfaltado encuentre un camino en el viento pero no será un vuelo sino un dejarse llevar —quién fabrica estás polillas— por ahí leí que un dios profundo y rubio atormentado de remordimientos un dios que no comprende sus milagros y le pide perdón a los hombres —de ser cierto— la polilla es sólo un encuentro con la eternidad una luz negra en la geometría del futuro que embalsama el presente y saborea las desgracias por venir volvamos a esta tarde a la verde transparencia de las hojas a la picardía de vivir en el espacio de la nada tengo a esta polilla entre el índice y el pulgar como si detuviera el big bang para ella es la muerte para mí es algo estúpido sin embargo el universo se balancea entre mis dedos y puedo ver lo profundo del caos en la cara de un idiota que pasa sin saber que origina lo sagrado Mauricio Escribano Imagen Tim Lowly
antes cuando todo era un sueño vivir era distinto los ojos veían desde el cielo y la tierra era un basalto un trozo de campana al hombre le brillaban herramientas en las manos y un día a la vez alcanzaba para todo
por las noches los sueños nos cantaban con sus grillos de colores y aunque el mundo fuera triste la sangre aún era intensa como un vino primitivo la aurora aparecía en el jardín donde viven las rosas y la niebla y soltaba su melena de horizonte cada uno era un puente delicado una alondra alejada de su sitio tras un sueño más alto todavía un aroma a frutas rojas colmaba el aire taciturno de esta casa que hoy no existe en ningún lado y yo soñaba una muchacha con piernas de gitana que traía una tormenta de uvas en la boca y racimos de luz para mis labios. —no es que haya muerto la muchacha— ¡son los sueños! se estrellaron en bandadas contra los rascacielos encallaron en las playas repletas de turistas y nos sacamos fotos junto a los grandes sueños que morían al resto los privatizaron los compraron las empresas les pusieron alambrado no hay ni un sueño diminuto el último se guardaba de la lluvia a la altura del invierno era un sueño de ternura luego sólo quedó un charco en el que un niño se miraba. Mauricio Escribano