yo me subí a mis huesos para verte
y vi que andabas sola y bella
en tú delirio de láminas azules
mordías un pan tibio
como una bestia honrada
y te llevé conmigo dentro de la noche
con tus agujas tristes
hacia la boca de los pinos
ibas coronada de vocales hechizadas
tus vértebras serenas
por hondas galerías de glicinas
de algún modo yo dejaba
que te vayas con mis ojos
lejos de mí
de mí impulso de nombrarte
no quise acostumbrarte
al rumor oscuro de mi sangre
ni a mis fósforos
de pensativos resplandores
pero te di una piedra verde
y un resto de esperanza
y te di una luz caliente
que bebiste de rodillas
dejando tú contorno entre la hierba
Mauricio Escribano
Imagen yigituygur
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario